MICHAEL DAVID CHARDONNAY LODI

25 de agosto 2023

Redacción en vivo a partir de las 14:00 Centroamérica

De piernas gruesas y hermosas que bajan lentamente por el cáliz de la copa. Vestida de una inusual y atractiva botella borgoña, de curvas altas, espigada y elegante apariencia.

Esto es tan solo el comienzo.

Démosle la bienvenida a Kata a este viernes prometedor. Definitivamente, hoy con sed y lujuria, no nos vamos a quedar.

Esta hermosa botella, contiene un vino que nos parece seductor, grueso y sedoso.

Es difícil, que un Chardonnay como Michael David de LODI, CALIFORNIA no te vaya a impresionar a la primera, al punto que te deja sin palabras.

Poco a poco, te vas dando cuenta que estás recuperando el aliento. No se anda con miramientos, en la primera te abraza el paladar.

De la copa salen perfumes provocadores. Este Chardonnay se vino con todo.

Las manos en este vino están presentes, su elaboración es minuciosa. Se nota en los detalles. Sentir el peso de esta botella es algo difícil de expresar. Se siente fuerza, rebeldía, pasión.

Sabemos que la familia MICHAEL DAVID se toma muy en serio sus vinos. No pasan desapercibidos. De una y otra manera son innegablemente, llamativos.

Este Chardonnay es una fusión de estilos, seleccionados a mano uno por uno en el viñedo.

Este jugo glorioso es producto de tres Chardonnay. Completamente distintos uno del otro. Mezclados con maestría antes del embotellado.

Es momento de desnudarlo, de recorrer alrededor de la cápsula nuestra navaja y pinchar en el centro del corcho para entre vuelta y vuelta, prepararse para recibir una bocanada de incitación.

Puedes escuchar el sonido del vino entrando en la copa, golpeando sus paredes y luciéndose.

En este caso utilizamos la Riedel Extreme.

Este Chardonnay de MICHAEL DAVID necesita campo, espacio para moverse y dejar salir sus encantos. Que de paso decir que son muchísimos. Está lleno de complejidades y curvas latinas.

Su color es intenso, un amarillo dorado pajizo, vivo y brillante como un sol en verano.

Los aromas emanan de la copa con bravío, con potencia. Deja sentir esas notas de fruta tropical, golosa, piña madura, limón amarillo, cáscara de toronja rosa, leves dejos florales que entre sus notas lácticas se dejan ver y entre sus piernas esculturales se abren las notas hermosas de vainilla especiada, mantequilla, yogurt. Es poco decir. En cada movimiento evoluciona.

En boca es gordo, con cuerpo sedoso, jugoso y de crujiente acidez. Es un vino redondo por donde se le mire. Franco y más a su nariz, este vino está lleno de sorprendentes notas en el retrogusto.

Vamos a detenernos un momento, para acariciarlo con suaves movimientos en la copa, necesita más oxígeno, aún falta por dar muchos más.

Las notas de barrica francesa en su moldeado son tan evidentes como un tango parisino. Le aporta complejidad ciertamente.

Su untuosidad es uno de sus tantos atractivos. Las notas del tostado de la barrica se sienten en su cuerpo y en los aromas retronasales a caramelo que revelan al roble americano.

De largo final en cada sorbo y frescura, esa que le puede aportar la parte del vino que se crió en los tanques de acero inoxidable.

Este vino es un blend de Chardonnay muy bien ensamblado, 14 grados de alcohol necesitan una temperatura de servicio bien fresca, 12° son ideales. Añada 2020.

Y como todo buen vino, no solo merece atención y escoger los momentos y palabras para describirlos con justicia, necesita un compañero en la mesa. Tanta sabrosera necesita compañía.

Kata y este servidor pensamos, debatimos y coincidimos que una pasta larga sería ideal, con una salsa cremosa, con cuerpo, con un elemento crujiente y animal, graso que le aporte estructura e intensidad al sabor y claramente, textura. Terminada con alguna hierba fresca o algún otro ingrediente que le aporte frescura.

Así que el plato elegido para maridar a este Chardonnay es un linguine a la carbonara con tocino terminado con ralladura de limón mesino y un rocío de aceite de oliva virgen extra. Y más queso pecorino de ser requerido. Nunca es demasiado queso.

Esta famosa pasta de herencia romana se conjuga a la perfección con un queso icónico del Sur de Italia, elaborado con leche de la pecora, o sea de la oveja.

Así nos despedimos de este DE VIERNES CON KATA, agradecidos por acompañarnos en una versión diferente y única.

Escrita al desnudo, sin ediciones. EN VIVO.