BONARDA, UN TESORO ARGENTINO

En el amplio mundo de la enología, algunos vinos poseen una personalidad particular y cautivadora que los distingue del resto. Uno de esos tesoros es la variedad Bonarda.

Variedad que a mi parecer ha sido subestimada por largo tiempo y que merece una atención especial.
Por eso quería escribir hace semanas del universo de las Bonarda.

Empecemos descubriendo sus raíces, para comprender sus características sensoriales y el prominente lugar que debería tener.

La uva Bonarda, es originaria de Italia y llegó al Sur de América en el siglo XIX. Yo digo siempre que ella escogió a Argentina, como su madre adoptiva. A pesar del linaje europeo, su hogar es la tierra de los gauchos, donde las condiciones climáticas y del suelo, le ofrecieron un ambiente ideal para expresarse.

Hoy en día, Argentina es el epicentro mundial de la producción de vinos Bonarda, siendo Mendoza la región que lidera. La diversidad de suelos y microclimas en Mendoza brinda a los enólogos un lienzo en blanco para crear una amplia gama de estilos de Bonarda.

Los viticultores argentinos han demostrado una habilidad especial para interpretar a esta variedad y extraer su máxima expresión. Desde ejemplares jóvenes y frescos, hasta Bonardas complejos y sofisticados.

Los Bonardas ya seducen con su nombre, con su profundo color rojo púrpura. En nariz, despliegan una sorprendente complejidad aromática, con frutas rojas maduras, notas especiadas y toques sutiles de hierbas. En boca, su textura por lo general es suave, de taninos redondos, vinos seductores y fáciles de complacer a la mayoría de los paladares.

Cuando de vino se habla, el maridaje le acompaña. Creo que la versatilidad de la Bonarda, la convierte en una excelente compañera para amplias propuestas gastronómicas. Su frescura y fruta hacen que sea un maridaje encantador con pastas, carnes a la parrilla, empanadas argentinas, quesos cremosos y suaves. Además, la sutileza y carácter le permite que combine bien con platos especiados, como la cocina asiática o hindú.

La Bonarda viene ganando terreno y dejado de ser la joya oculta de la vitivinicultura argentina, para brillar con luz propia en el horizonte internacional.

Te motivo a que la próxima vez que desees descubrir algo nuevo y emocionante, compres una botella de Bonarda argentina, y que tomes el tiempo para conocerle y disfrutarle, de inicio a fin. Verás que se toma fácil y sorprende su frescura, delicadeza y carácter.

¡Salud por la Bonarda!

Acá te dejo 3 recomendaciones de vinos destacados a mi gusto y criterio:

- Bodega Colonia Las Liebres Bonarda

- Bodega El Enemigo Bonarda

- Bodega Zuccardi Emma Bonarda

 

Firma: Alejandro Redondo Soto

Cocinero|Sommelier Profesional|WSET Level 3 Award in Wines & Spirits | Máster en Ciencias Económicas