El ron es un destilado con larga trayectoria, documentado desde el año 1650. Si bien se cree que sus raíces están en el Caribe, lo cierto es que los primeros rones nacieron en el sur de Asia.

Elaborados por lo general, en países donde se produce la caña de azúcar, ingrediente fundamental. Se destila a base de melaza, jugo o jarabe, todos de caña de azúcar. Inclusive mezcla de las anteriores. En algunos casos se enriquece con caramelo, azúcares y otros añadidos como especies dulces. Una vez destilado, el ron puede envejecer en cualquier parte del mundo.

Se puede produce con gran calidad en Centroamérica, el Caribe y Suramérica. Ya habrás notado en las góndolas de los supermercados rones de Jamaica, Barbados, Haití, Guyana Francesa, Martinica, Cuba, República Dominicana, Costa Rica, Nicaragua, Guatemala, Colombia, Venezuela y también, en menor proporción, rones de Europa.

Su estilo es variado, desde los caribeños color caramelo, especiados y dulzones a los más secos y contundentes de corte europeo. No olvidemos que ingleses, franceses, españoles y holandeses han tenido una gran influencia en estas regiones de América.

Como toda bebida alcohólica, tiene momentos ideales para disfrutarla. Los hay de suave paladar y otros que logran intensidades maravillosas. La complejidad en general es lo que personalmente enfatizo al momento de elegir, así como la hora de consumo. Si es de día o de noche. Si es para disfrutar como aperitivo o de sobremesa. Si es al natural, en cóctel o un trago combinado con otras bebidas. Si su dulzor es pronunciado o no. Entre más los vayas conociendo, podrás elegir con mayor criterio. Aunque claramente, la decisión es solo tuya, siempre.

Como otros destilados, el ron se clasifica generalmente según sus procesos de fermentación, métodos de producción y su tiempo de envejecimiento, sin embargo, esto puede variar según el país, básicamente por su legislación. Podemos decir, que es un mundo más abierto, si lo confrontamos con otros destilados como el Whisky. La calidad del agua utilizada es una constante en ambas bebidas.

Los hay en categoría de ron blanco (denominado joven), dorado o añejo, oscuro o extra añejo. Por lo general, tienen crianza en madera, lo hacen en barricas de roble, cerezo o ambos. Eso dependerá en gran medida, de lo que quiera lograr el experto o experta que hace las mezclas, conocido como Master Blender. Así como la combinación de rones, para dar el carácter o identidad de la marca. Hoy día, algunas marcas reconocidas en el mundo utilizan para el terminado del ron, barricas donde se criaron whiskies americanos, irlandeses, escoceses o japoneses.

El ron blanco se caracteriza entre otros atributos, por su color, es incoloro producto de un proceso de filtrado. No vayas a creer que todos los rones blancos son de mala calidad, simplemente porque no tienen un color dorado o color caramelo. Se caracterizan por su ligereza, frescor y suaves notas. Mayormente utilizados en la mixología.

Por su parte, el ron dorado o añejo es de color un poco más intenso y de sabor más robusto, debido a su período de envejecimiento.

El ron oscuro o extra añejo, no solo suele tener un color más pronunciado, sino aromas y sabores más complejos y refinados.

Si de maridajes espectaculares se trata, les sugiero el chocolate. Es una experiencia difícil de resistir y superar. Pero no creas que hablo únicamente de postres. En la comida salada el chocolate, puede abrirte un universo de posibilidades. Algunas inimaginables.

Como los whiskys y el Cognac, los rones son excelentes compañeros de los puros. Sus notas dulces, especiadas, licorosas, de hojas secas, tabaco, café, moka, frutos secos, chocolate combinan maravillosamente con el universo complejo y variado de los puros. Usualmente recomendados, al terminar una gran comida.

¡Salud!

Firma: Alejandro Redondo Soto

Cocinero | Sommelier Profesional | WSET Level 3 Award in Wines & Spirits | Máster en Ciencias Económicas

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